top of page

QUIENES SOMOS

Ver esta pagina en Español

KEITH

JUANITA

Hola, mi nombre es Keith Travis.

         Nací el 14 de Octubre de 1981 en un pequeño pueblo que se llama Roma, Texas. Yo nací en el tiempo que mientras mis padres, Randy y Linda Travis estaban tomando un entrenamiento en un instituto llamado Kingsway Missionary Training Institute Texas. Ellos se estaban preparando para irse como misioneros al país de Honduras.

         Después de que mis padres terminaran su entrenamiento para ser misioneros, en 1982 nos fuimos a vivir al país de Honduras. Fue durante este viaje que yo cumplí mi primer año de edad en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras. Eventualmente mis padres decidieron el lugar donde debíamos vivir así que nos fuimos a vivir a un pequeño pueblo que se llama Catacamas en el departamento de Olancho. Allí vivimos por cinco años y medio mientras mis padres plantaban iglesias. Fue durante estos cinco años y medio que mi hermana Angela nació en este pequeño pueblo. 

         Yo acepte a Jesús en mi corazón a la edad de cinco años, mientras mi padre predicaba un mensaje poderoso acerca de la salvación, en la primera iglesia que ellos habían plantado en una pequeña aldea llamada “La Colonia Agrícola”. En esta pequeña iglesia hecha de adobe, yo reconocí mi necesidad de Jesucristo y fui adelante para recibirlo en mi corazón. Tuve que ir varias veces adelante durante la predicación de mi padre para que eventualmente mi padre se diera cuenta que yo en realidad entendía la decisión que estaba haciendo. Por fin el Señor le enseñó a mi padre que yo podía entender lo que estaba haciendo y mi padre me llevó a los pies de Cristo. Todavía puedo recordar este día como que si fuera ayer. 

         Después de vivir cinco años y medio trabajando en Honduras y plantando varias iglesias mis padres se regresaron a los Estados Unidos para ayudar a mis abuelitos (quienes también anteriormente habían sido misioneros) a empezar un instituto de entrenamiento para misioneros en la ciudad de Alexander City, Alabama. Compraros 10 acres de terreno y tuvimos que limpiar el terreno y construir la escuela y dos cabañas para los estudiantes que iban a vivir ahí. Como familia todos nosotros trabajamos al lado de mis abuelitos por tres años y medio y mis padres sirvieron en varias funciones para la escuela. Luego mis padres recibieron el llamado para ir a México. 

         Yo tenia como la edad de nueve años cuando nos fuimos a vivir al sur del país de México, en un pequeño pueblo que se llama Teopisca que se encuentra en el Estado de Chiapas. Vivimos ahí por seis meses. Después de esos seis meses encontramos una casa en San Cristóbal de las Casas. (Un pueblo mas grande que esta como a 45 minutos de Teopisca y es un lugar muy hermoso para vivir, su altura es de 7000 pies y cuenta con un clima excelente). Por lo siguientes 13 años y medio toda la familia trabajamos juntos para empezar una iglesia en este pueblo. Mi papá predicaba, yo hacia la música y también las clases para jóvenes junto con mi mamá, Angela enseñaba escuela dominical para los niños. Mi mamá enseñaba a las mujeres y adicionalmente tenía el increíble trabajo de dar de comer a todos después de cada reunión. Pasamos muchos tiempos felices!

         Después de aproximadamente 11 años de vivir en México junto con mis padres y mi hermana,  yo salí de México por primera vez en mi vida, para ir a vivir a Estados Unidos (yo tenia como 20 años). Vivi en los Estados Unidos por un año mientras mis padres y mi hermana continuaban como misioneros en México. Fue durante este año en Estados Unidos que yo recibí el llamado a las misiones. Por la primera vez en mi vida escuché la voz audible de Dios mientras El hablaba a mi vida los planes que tenía para mí. Lo extraño es que cuando por fin logre escuchar su voz audible, El me dijo algo que yo no quería escuchar y que estaba en contra de mi propia voluntad humana. Nunca tuve la intención o el deseo de ser un misionero y nunca pensé que esto era lo que yo iba hacer con el resto de mi vida. Pero mientras Dios me hablaba, en una pequeña frase él me dio mis instrucciones. Y lo que me dijo fue exactamente así “Hijo mío, ve a México, establece tu ministerio y de ahí vas a ir a Honduras”. Él me llamo a los lugares que yo no quería ir. Pero recuerdo que esa mañana mientras yo escuchaba la voz de Dios me acorde de los años que mi madre me había enseñado en la escuela y las varias veces que ella y mi papá me habían dicho y enseñado la importancia de obedecer la voz de Dios. Ese día tome una decisión para seguir a Cristo en este llamado y me regrese a vivir a México y vivi ahí por los siguientes cinco años. 

         Durante los 13 años y medio que mis padres vivieron en México tuvimos muchos tiempos bonitos pero también muchos tiempos muy difíciles, y mis padres por fin decidieron que ya era tiempo de tomar el siguiente paso y dejaron México muy desanimados. Yo me quedé en México como Dios me había ordenado y seguía evangelizando.                                                       Aunque en ese tiempo nosotros no podíamos entender las dificultades que estábamos pasado mientras trabajábamos tratando de plantar una iglesia, ahora nosotros podemos ver atrás y ver que la mano de Dios siempre estuvo con nosotros en esos momentos. Ahora podemos darnos cuenta que era un tiempo de preparación que Dios tenía para nosotros para una obra que íbamos hacer en el futuro. Si no hubiera sido por los 13 años y medio que mis padres y mi hermana pasaron en México y los 18 años que yo pasé ahí, dudo mucho que estuviéramos trabajando de la forma en que trabajamos hoy y viendo el fruto que vemos hoy.

         Durante los últimos dos años de vivir en México yo conocí a Juana Luz Travis (Juanita, que ahora es mi esposa). Fuimos novios por un año, durante este tiempo yo le hable a Juanita a cerca del llamado que Dios me había dado y ella acepto. Un año después de ser novios nos casamos el 8 de Junio del 2006. Después de casarnos vivimos un año en México, en San Cristobal de las casas y luego recibimos el llamado para ir a Honduras. En una ocasión, yo estuve con uno de mis mejores amigos en un tiempo de oración de dos semanas en una montaña, orando y buscando la voluntad de Dios para ciertas cosas en nuestras vidas. Fue durante este tiempo que Dios me hablo por segunda vez y me dijo que ya era tiempo de ir a Honduras. Le pedí que por favor confirmara esto por medio de mi esposa. Cuando llegue a la casa ese día, encontré a mi esposa llorando ante el Señor. Yo le pregunté qué estaba pasando y ella me dijo que el Señor le había dicho que ya era tiempo para ir a Honduras. En ese momento nos abrazamos y lloramos juntos y decidimos obedecer la voz de Dios. Tomamos nuestra decisión y seguidamente empezamos a planear lo que íbamos hacer en la obra de Dios en Honduras y luego empezamos a trabajar hacia esa meta. El siguiente día fuimos a la casa de mi suegra para decirle a ellos la noticia. Cuando llegue ahí a la casa de mi suegra yo llame a mi papá para decirle lo que íbamos hacer y para pedirle si podíamos trabajar con las iglesias que ellos habían plantado en los años ochenta.

         Mi papá quería saber porque íbamos ir a Honduras entonces yo empecé a explicarle lo que había pasado. El me dijo eso es extraño porque Dios nos ha llamado a nosotros también a regresar a Honduras y en unos meses iremos para allá. Yo estaba en shock al escuchar las noticias pero alegre al mismo tiempo. Yo le pregunté a él, que era lo que ellos iban hacer en Honduras? y entonces él me empezó a explicar el plan que ellos tenían y me preguntó si era algo que a nosotros también nos gustaría hacer. Yo no podía ver ninguna otra razón por la que el Señor nos había mandado a los dos al mismo tiempo para trabajar en Honduras. Entonces yo le dije que sí e inmediatamente empezamos a planear cómo podíamos trabajar al lado de mis padres para la causa de Cristo y Su Reino. Juanita y yo hicimos nuestro primer viaje como matrimonio la última parte del 2006 junto con mi papá y el hermano Ricardo Crowder para encontrar el lugar donde íbamos a vivir. Cubrimos casi todo el país de Honduras por un mes buscando la voluntad de Dios y buscando el lugar donde Dios quería que nosotros viviéramos. El nos mostró que el lugar que él tenía para nosotros era Santa Rosa de Copán, Honduras. Cuando regresamos a México después de este viaje, empezamos hacer planes para ir a vivir allá. Juanita y yo fuimos a vivir a Santa Rosa de Copán en Junio del 2007. Empezamos hacer las preparaciones para arrancar el proyecto que íbamos a empezar a lado de mis padres. Nos llevó más o menos un año, y después oficialmente trajimos al equipo de 13 hombres, tres mujeres y tres niños en Marzo 2008. Hemos estado trabajando en Honduras desde entonces y ahora también hemos expandido el evangelio a toda la región latinoamericana. Recientemente estamos trabajando para alcanzar las 21 Naciones de Latinoamérica para Cristo. Hemos experimentado muchas cosas asombrosas en nuestro tiempo aquí. Hemos visto muchas cosas maravillosas suceder en el reino de Dios. Dios nos ha permitido tener parte en el plantar 1,244 iglesias y grupos de descubrimiento, y de discípular al alrededor de 10,444 personas en seis naciones. 

 

         En los últimos seis años hemos tenido la oportunidad de alcanzar a 5,594 personas para Cristo y ver bautizados a más de 4,735 personas. Estas obras están localizadas en Honduras, Guatemala, El Salvador, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y próximamente México y Argentina. Es un privilegio tremendo poder ser parte del Reino de Dios y el ser llamado a esta obra de hacer discípulos que hacen discípulos para Su Reino. No nos arrepentimos mas bien lo tomamos como recompensa y sentimos una satisfacción completa de poder estar en medio de la voluntad de Dios y saber que estamos cumpliendo sus planes para nuestra vida. Si vivo, vivo para Cristo. Si muero, muero para su gloria.

         Mi nombre es Juana Luz Travis (Juanita) Nací el 24 de Julio de 1986, en un pueblito llamado Frontera Comalapa en el sur de Mexico. Mis padres se llaman Pedro Lopez y Magnolia Rodriguez. Mi hermanos Agustin G y Magnolia G Lopez Rodriguez. Desde que yo era muy pequeña de edad, mi familia y yo nos empezamos a mudar frecuentemente de Residencia dentro del estado de Chiapas, principalmente por problemas con la salud de mi madre.

         En el año 1990, mi familia y yo nos fuimos a vivir a un pueblo llamado Totolapa Chiapas, era una comunidad indígena católica donde no permitían evangélicos. Sin embargo; a un par de cuadras de nuestra casa había otra casa donde un grupo pequeño de evangélicos se reunían para adorar a Dios secretamente. En ese tiempo mi papá no quería tener nada que ver con ninguna “religión” y rechazaba cualquier invitación que esta gente le hacia para ir a los cultos; mi mamá tenia el deseo de ir, pero mi papá no se lo permitía muy seguido. 

         Un día dos ancianas de este grupito de cristianos (Carmita y Lichita) les pidieron permiso a mis padres para llevarnos a mi hermano mayor y a mí al culto, al principio mi padre se negó y no quería darnos permiso, pero después él y mi mamá platicaron de esto y tomaron la decisión de dejarnos ir junto con estas dos ancianas. Así fue como mi hermano y yo dejamos a Cristo entrar en nuestras vidas y empezamos a conocer de Dios, yo tenia entre 5 y 6 años y mi hermano tenia entre 6 y 7 años de edad. (Estas dos ancianas pudieron ver la necesidad de dejar a los niños venir a los pies de Cristo y al mismo tiempo atraer a mis padres hacia El). Después de esto a mi hermano y a mi nos gustaba mucho ir a la iglesia y aprender cosas acerca de Dios, y desde entonces Dios de alguna manera nos fue usando a mi hermano y mí con nuestros pequeños testimonios aún siendo niños (cuando orábamos y cantábamos a Dios en casa) y algunas otras circunstancias para ir cambiando el corazón de mis padres (especialmente el de mi papá). Pocos meses después que nosotros empezamos a ir a la iglesia con estas dos ancianas, mi madre dio a luz a mi hermanita; durante el parto las dos casi perdieron la Vida, pero Dios decidió darles otra oportunidad y sobrevivieron; después de esto, cuando ellas se recuperaron, mi papá dejó que mi mamá y mi hermanita bebe fueran con nosotros a los cultos. (Dios ya estaba trabajando en el corazón de mi padre). Después de un tiempo también él empezó a ir de vez en cuando a los cultos, pero todavía estaba un poco resistente a Dios por que no entendía la necesidad de buscarle. 

         Algunos años después como en 1996 o 1997 nos mudamos a una ranchería llamada San Sebastian en el mismo estado de Chiapas. Cerca de nuestra casa había una pequeña iglesia donde hacían cultos varios días a la semana y nosotros podíamos escuchar la música desde la casa, luego mis hermanos, mi mamá y yo nos empezamos a reunir ahi. Siempre seguíamos invitando a mi papá para ir con nosotros pero a él no le gustaba ir muy seguido y decía “no se aburren de verse las caras varios días a la semana”, Pero poco tiempo después, Dios trató mas directamente con mi papá, y ahi él pudo darse cuenta de su necesidad para buscar a Dios y decidió entregarle su corazón a Jesucristo. (Yo estoy convencida de que Dios también puede usar a los niños como herramientas para atraer a los adultos hacia Él). 

         Ahora viendo atrás, me doy cuenta de que cuando yo tenia entre 11 y 12 años, y mi hermano entre 12 y 13 años de edad ¡Dios ya empezaba a prepararnos para el ministerio de los niños. Un domingo yo estaba en la clase en la escuelita dominical de la iglesia y el maestro de niños me preguntó que si yo quería ayudarle durante la clase y yo acepté y empece ayudarle en lo que podia. y a mi hermano y yo a veces lo dejaban encargado de los niños también. Desde ahi yo siento que Dios puso en mi corazón un gozo y un deseo de compartirle a los niños acerca de la palabra de Dios. A mi hermano también ya lo estaba preparando Dios y ahora los dos compartimos el mismo llamado. (ganar a los niños para el reino de Dios)   

         Un par de años mas tarde en 1999, nos mudamos al estado de Mexico DF, por que era el único lugar donde le podían dar la ayuda apropiada al problema de salud de mi madre. Ahí empezamos a ir a una iglesia Bautista por que era la iglesia más accesible para nosotros (No era lo mismo a lo que estábamos acostumbrados pero continuamos buscando a Dios). En este tiempo operaron a mi madre y ella ya no podia ir con nosotros a la iglesia todo el tiempo, pero mis hermanos y yo seguíamos asistiendo. Tiempo después mi madre se recuperó y cuando yo tenia casi16 años de edad regresamos a vivir al estado de Chiapas otra vez, a un pueblo llamado Comitan de Domínguez. 

¡Ahí encontramos una nueva iglesia y seguíamos asistiendo todos! 

         En el año 2005 yo era la maestra de la escuelita dominical en mi iglesia local, y los jóvenes de mi iglesia y algunos jóvenes de otras iglesias nos reunimos un día a la semana, para hacer proyectos para ayudar a la gente y al mismo tiempo evangelizar (visitábamos hospitales para regalar arroz con leche a los que estaban esperando algún familiar enfermo, visitábamos un asilo de ancianos, empezábamos hacer eventos evangelísticos en el parque central de la ciudad). Durante este tiempo conocí a Keith Travis (que ahora es mi esposo) en un evento evangelístico que los jóvenes estábamos organizando en el parque central de comitan. Keith era misionero de tiempo completo en un pueblo llamado San Cristobal de las casas, situado a un par de horas de Comitan. Nos hicimos novios poco después de conocernos; durante este tiempo de noviazgo, Keith me platicaba del llamado que él tenia de parte de Dios, de ser misionero toda su vida o hasta que Dios le mostrara otra cosa, y que él sabia que pronto Dios lo mandaría al país de Honduras y en el futuro tal vez a muchos otros países. Después de unos meses de ser novios el me preguntó ¿Juanita estarías dispuesta a casarte conmigo y a seguirme y compartir el llamado que Dios me ha dado? Y me dijo que él no tenia nada que ofrecerme materialmente, pero que me prometía que si estaba dispuesta a vivir por fe, que yo iba a ver mas milagros de parte de Dios de los que nunca había visto en toda mi vida. 

         Al principio, me dolió un poco pensar que si aceptaba, tenia que dejar a mi familia y que no los iba a poder ver frecuentemente, pero yo estaba enamora de Keith y al ver la sinceridad y la pasión que él tenia para Dios y Dios de alguna manera ya había sembrado la semilla en mí algunos años atrás para el ministerio, yo acepté. Un año después de ser novios en Junio del 2006 nos casamos y fuimos a vivir a San Cristobal de las casas, el lugar donde Keith vivía actualmente. Vivimos en San Cristobal por un año (Durante este tiempo empezamos algunos estudios bíblicos con un grupo de indigenas). Al principio era un poco difícil para mi familia entender la decision que yo había tomado de casarme con un misionero, especialmente para mi madre por que ella sabia que me iba a ir de su lado, pero al cabo del tiempo ella ha entendido que esta es la voluntad de Dios para mi vida, servirle a Dios junto con mi esposo y ahora ella y toda mi familia se regocijan con nosotros al ver los resultados de la obra de Dios en otros países (y aman a mi esposo). 

         Mientras vivíamos en San Cristobal a Keith le gustaba ir a orar a la montaña con uno de sus mejores amigos (Joel) un día mientras ellos oraban en la montaña, yo estaba en casa y repentinamente sentí que mi corazón estaba muy agitado y empece a temblar y a llorar, y escuchaba una voz en mi interior que decía !ES TIEMPO PARA IR A HONDURAS¡ y cuando Keith regresó de la montaña abrió la puerta y me encontró llorando y él no tenia idea de lo que estaba pasando y le dije ¡AMOR DIOS DICE QUE ES TIEMPO PARA IR A HONDURAS! (Él estaba orando para que Dios me hablara a mí para confirmarle lo que Dios ya le había dicho a él). Yo estaba llorando primeramente por que era la primera vez que yo sentía tan fuerte la presencia de Dios, y por el otro lado sabia que ya era tiempo para dejar a mi familia y no estaba segura de cuando los iba a volver a ver. Pero al mismo tiempo sabia que estábamos haciendo la voluntad de Dios y eso me dio la paz que necesitaba en ese momento. Así pues fuimos a Comitan para darle la noticia a mi familia. Después Keith llamó a sus padres por teléfono (ellos estaban en USA) y su papá le dijo que también ellos se iban a vivir a Honduras por que Dios los había llamado a trabajar allá otra vez. Nos sorprendimos con la noticia, pero al mismo tiempo estábamos contentos de tener la oportunidad de trabajar juntos. Entonces Keith y su Papá empezaron hacer los planes y Keith, su papá, el hermano Ricardo y yo hicimos nuestro primer viaje a honduras a finales del 2006 para que Dios nos mostrará el lugar donde debiamos vivir, y en Junio del 2007 nos fuimos los cuatro (Randy, Linda, Keith y yo) a vivir a Santa Rosa de Copán Honduras para trabajar como Coordinadores de estrategias de un nuevo proyecto llamado Movimiento Plantación de iglesias (MPDI). 

         Vivimos en Honduras casi 5 años y junto con un grupo de hermanos Hondureños empezamos a trabajar llevando la palabra de Dios a la gente en varias aldeas. Yo ayudaba con el ministerio de niños cada vez que tenia oportunidad y llegaban algunos misioneros para ministrar a los niños (Entre ellos Pat Y Richard Crowder).                                                                          A finales de año 2011 todos nos fuimos a vivir a Los estados Unidos; por que la vision ya no era solamente alcanzar a Honduras, si no que ahora, Dios nos ha dado la vision para alcanzar a las 21 naciones latinoamericanas, por esto es mas accesible y económico viajar desde Estados Unidos a cada una de estas naciones. Ya Dios ahora mismo ha abierto las puertas en 6 naciones latinoamericanas para extender el evangelio y hemos visto miles de almas perdidas entregar su corazón a Cristo. En los últimos seis años hemos tenido la oportunidad de alcanzar a 5,594 personas para Cristo y ver bautizados a más de 4,735 personas. Estas obras están localizadas en Honduras, Guatemala, El Salvador, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y próximamente México y Argentina. Es un privilegio tremendo poder ser parte del Reino de Dios y el ser llamado a esta obra de hacer discípulos que hacen discípulos para Su Reino. No nos arrepentimos, ni nos quejamos de algunos sacrificios que hemos tenido que hacer, mas bien lo tomamos como recompensa y sentimos una satisfacción completa de poder estar en medio de la voluntad de Dios y saber que estamos cumpliendo sus planes para nuestra vida.       

Nota: ¡Ahora que lo pienso bien! Desde pequeña Dios me había estado preparando para su obra, llevándome de un lugar a otro, (dejando parte de la familia y amigos) y ahora que lo he entendido así, no importa a donde Dios nos llame a Keith y a mi ¡YO ESTOY DISPUESTA A IR! 

 

bottom of page